Acaricié y besé cada centímetro de su piel como si quisiera memorizarlo de por vida. Él no tenía prisa y respondía al tacto de mis manos y mis labios con suaves gemidos que me guiaban. Luego me hizo tenderme sobre el lecho y cubrió mi cuerpo con el suyo hasta que sentí que cada poro me quemaba. Posé mis manos en su espalda y recorrí aquella línea milagrosa que marcaba su columna. Su mirada impenetrable me observaba a apenas unos centímetros de mi rostro.
El juego del ángel-Carlos Ruíz Zafón.

jueves, 9 de junio de 2011

Noche. Noche encantada, ligera, hechizada. Noche de estrellas fugaces, de deseos absurdos y locos, casi asombrosos. Mi deseo, el único, se lo pido a él: si te llevas el mundo contigo, llévame a mí también.

1 comentario:

  1. Bonita entrada ^^
    Me gusta sobre todo el principio jajaja :)
    Te sigo;

    http://atrespasosy-medio.blogspot.com/

    Un besito (k)!

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