Acaricié y besé cada centímetro de su piel como si quisiera memorizarlo de por vida. Él no tenía prisa y respondía al tacto de mis manos y mis labios con suaves gemidos que me guiaban. Luego me hizo tenderme sobre el lecho y cubrió mi cuerpo con el suyo hasta que sentí que cada poro me quemaba. Posé mis manos en su espalda y recorrí aquella línea milagrosa que marcaba su columna. Su mirada impenetrable me observaba a apenas unos centímetros de mi rostro.
El juego del ángel-Carlos Ruíz Zafón.

martes, 28 de junio de 2011

Eres todo eso que nos hace desvariar.

Como un cigarro para un fumador. Como ese último sorbo de ginebra para un alcohólico. Eres pura adicción. Eres como esas mañanas de sol en invierno, como esos soplos de viento en verano. Eres el placer de tocar el suelo con los pies descalzos o el lado más frío de la cama en verano. Eres todo lo bueno y todo lo malo. Eres todo lo que te hace bien y a la vez mal. Eres lo que quiero, y lo que no quiero. Muchas veces te conviertes en algo más que todo eso. Te conviertes en pura adicción. Algo más, algo fuerte, ajeno a los sentidos. Eres todo eso que nos hace desvariar. Eres justo lo que quiero.

martes, 21 de junio de 2011

Y de repente llegas tú. Nunca había conocido a nadie que de verdad pensara que yo valía la pena, hasta que te conocí a ti, y tú lograste que yo también me lo creyera, así que por desgracia te necesito... y tú me necesitas a mí.
Amor y otras drogas.

miércoles, 15 de junio de 2011

A veces odiamos lo que es diferente a nosotros, pero muy a menudo se debe a que tenemos miedo de lo que no conocemos, de lo que es distinto. Y es porque, en el fondo, tememos que nos guste. 
Memorias de Idhún

martes, 14 de junio de 2011

Quién iba a pensar que sería la mejor sorpresa que nunca me darían.

jueves, 9 de junio de 2011

Noche. Noche encantada, ligera, hechizada. Noche de estrellas fugaces, de deseos absurdos y locos, casi asombrosos. Mi deseo, el único, se lo pido a él: si te llevas el mundo contigo, llévame a mí también.

sábado, 4 de junio de 2011

Da la impresión de que la vida te pasa por delante como una película, como si se tratase de una serie de momentos, de situaciones, de fases, de cambios que te llevan inevitablemente a hacer el amor. Dicen que, por lo general, cuando ves pasar la vida por delante es porque te estás muriendo. Y yo me estoy muriendo... ¡pero de ganas de estar con él!

Carolina se enamora - Federico Moccia